Ya lo advierte Stephen King: el adverbio es uno de los grandes enemigos del escritor. En su opinión, y es extendida, el uso y abuso de adverbios suele convertir los textos en poco o nada apetecibles. Convierte lo escrito en algo formal y de lectura no demasiado atractiva a no ser que estés escribiendo un texto científico, claro. En consecuencia, evítalo siempre que puedas.

King le tiene declara la guerra a los adverbios. Es algo que todo —o casi todo— el mundo sabe. Los de modo acabados en mente, en especial. «Me parecen feos, largos y fáciles, y casi siempre que se eluden se encuentran formas bellas y originales», dice al respecto. Y por si no te quedan claras sus intenciones, esta frase lo resume todo: «El camino hacia el infierno está plagado de adverbios y lo gritaré desde los tejados».

En su opinión hay que evitar el uso de adverbios en expresiones para referirnos a acciones o que reflejan sentimientos de los protagonistas. Es decir, cosas tales como «dijo claramente» o «exclamó lastimosamente». Una manera muy pobre, dice dicho autor, de realizar una descripción de nuestros personajes y asimismo del diálogo en sí. Así, si quieres usar el adverbio porque es la única salida que encuentras para explicar una acción o reacción de un personaje en concreto, usa otra palabra que dé igualmente sentido a lo que quieres explicar.

En definitiva, el adverbio no tiene más función que exagerar lo que se quiere escribir e, incluso en algunos casos, sirve para maquillar una prosa ágil. ¿Cómo se sabe eso? Prueba a quitarlos y comprobarás que el significado de lo escrito sigue siendo el mismo.

Por cierto, y para finalizar este asunto, King te propone escribir cerca de 2.000 y hacerlo sin adverbios. ¿Te animas a aceptar su reto? A lo mejor, así, evitas usarlo como hace él…

FUENTE: Desequilibros.blogspot.com