Escribir un buen argumento es la clave para construir una buena novela. Vale que luego hay que diseñar los personajes, construirlos, ver cómo piensan, situarlos en el argumento… Pero sin un buen argumento, todo lo expuesto no vale para nada. Cómo construirlo es lo que te vamos a contar a continuación.
Con este post queremos contarte de qué manera puedes escribir un buen argumento. Y es que es una tarea que se puede conseguir con una serie de actuaciones nada difíciles de desarrollar.
- Lo primero de todo es tener a mano un buen cuaderno de notas y apuntar todas las ideas que se te ocurran. Anota todas las ideas que te vengan a la cabeza y no descuides ninguna fuente de inspiración: una serie de TV, un periódico, una noticia de un telediario… ¡Hasta tus vecinos pueden proporcionarte un buen argumento!
- Una vez tengas ese batiburrillo de ideas, une las que encuentres más relacionadas. Unas con otras pueden dar lugar a una idea a plasmar en una novela. ¿Que has pensado en gatos y longanizas? ¿Qué tal que el gato se come una longaniza? Siempre hay hilos de los que tirar por muy disparatado que te pueda parecer un tema.
- A continuación, piensa en los personajes. No, no se trata de que los construyas ya, sino de que establezcas cuántos habrá, quién será el protagonista y quién el antagonista, o bien quién será el bueno y quién el malo, etcétera. Recuerda que estás empezando de dotar de estructura a la novela.
- Una vez conseguido todo esto, es un buen momento para elegir el tipo de argumento que desarrollarás: si saltarás en el tiempo, si el argumento será o no lineal, de qué manera te referirás al tiempo en el que situarás a los personajes… Lo que te dará lugar a imaginar el entorno, dónde sucederá la novela. Si es real, te tocara visitarlo, pisarlo, conocerlo bien, etcétera.
Ahora, ¿y si el entorno no es real? Eso lo dejamos para posteriores entregas…