Cuando te pones para escribir, ¿en qué piensas? Si piensas en el lector, es un buen punto de partida, pero hay escritores como Stephen King que te recomiendan que, primero, pienses en ti. Lo demás saldrá rodado.

Stephen King es de los autores, como ocurre con tantos otros, que te recomienda que pienses en ti cuando comienzas a escribir más que en el lector. Y su razonamiento es sencillo: lo primero, y casi lo más importante, es escribir la historia. Al menos él lo hace así. Luego, una vez escrita, se dedica a revisarla las veces que hagan falta, y entonces sí, pensando en el lector, en si le enganchará o no la lectura de las letras que tiene entre manos.

¿Qué supone eso? Que si tienes que borrar párrafos o páginas enteras, que no te tiemble la mano a la hora de hacerlo; y lo mismo si en esa tesitura te encuentras con un personaje que no te acaba de convencer o con escenas que no se desarrollan como pensaste en un primer momento.

Recuerda siempre que el primer satisfecho con lo escrito debes de ser tú; que esa novela que tienes entre manos ya terminada haya sido el resultado de un proceso en el que has disfrutado, que cada página que escribías es producto del placer que te procura darle a una tecla tras otra.

En definitiva, se trata de que lo que escribas te guste y quedes satisfecho con el resultado. Luego, una vez pasada esa primera fase, ya puedes mirarlo con ojos del lector al que irá destinada la lectura. Y no olvides lo que te dice Stephen King: revisa después todo lo que tengas que revisar y que no te duela tomar decisiones. Tus lectores lo agradecerán.