Todo dependerá del tipo de novela que desees escribir, pero lo que está claro es que la ambientación es una de esas piezas a la que debes prestar atención para que la novela que quieres escribir atrape a tu lector.
Por fortuna, cada vez se presta más atención a la ambientación de la novela. Y la respuesta es sencilla: te permite ubicar después a los personajes y desarrollar la trama sobre un escenario cuya base será más o menos robusta según la ambientación que desees dotar a tu novela.
De esta manera, la ambientación se convierte casi en un personaje más de la novela, por lo que has de tratar con mimo los aspectos que la caracterizan para conseguir el efecto deseado en el lector. Ambientación que, según el tipo de novela —repetimos—, tendrá como colchón de seguridad la documentación con la que vayas a jugar en tu novela.
Así, a modo de ejemplo, si vas a escribir sobre los años cincuenta en España, la radio es la mejor manera que tendrás a tu disposición para ambientar la novela. Las canciones de la época, los programas de radio, las letras de las canciones… Elementos que, bien combinados con aspectos de la vida diaria, de la sociedad y sus costumbres, de las noticias del momento y aquellos temas que desees destacar, te permitirán desarrollar la ambientación que pretendes dotar a tu novela. Y ten en cuenta que cuanto más real y profunda sea la ambientación, más metido tendrás al lector en la acción, y por lo tanto difícilmente abandonará la lectura.
En consecuencia, toda ambientación ha de partir de cuatro elementos principales y casi vitales para sostener la trama: periodo, duración, ubicación y conflicto.
Y de cada uno de ellos te hablaremos en las próximas entregas.
FUENTE: Sinjania.com