Curiosidades de Cartas entre mi musa y yo

Curiosidades de Cartas entre mi musa y yo

Cartas entre mi musa y yo, esa obra de la que te hablamos hacer un par de días. Ese género que se pierde, el de contar cosas, y al que homenajea Kike. G. Bravo en esta obra. Una obra curiosa, diferente, motivo por el que le hemos pedido que nos cuente algo más acerca de su proceso de creación. Y éste es el resultado de su generosidad:

 

«Esta obra, cuando se inició, jamás pensé que llegaría hasta donde ha llegado. Ni que te tendría dicha extensión, ni mucho menos que contara tanto; ni en un principio estuvieron agrupadas en este título.

 

Tal vez eso fue lo más curioso: ir descubriendo según crecía y se acumulaban las cartas. Nació tratando de recuperar un hábito, una pasión que, en aquellos momentos donde se escribió, costaba mucho llevar a cabo. No fui plenamente consciente de que tenía una historia por contar hasta la tercera carta. A partir de ese momento, bajo ese hilo conductor que descubrí, la desarrollé.

 

Su formato, algo parecido a esas cartas que, al menos en mi edad adolescente, eran una forma de comunicación, me pareció interesante. ¿Quién no ha redactado alguna vez en su vida una carta de amor? Todo el mundo, incluso en esta época tecnológica a la que nos hemos ido adaptando, aquellos que nacimos cuando sólo estaba al alcance de unos pocos.

 

Revivir esas sensaciones, cuando las recibías, cuando las redactabas a modo de respuesta. Fue lo que determinó que me decantara por ello y mantener en todo lo que pudiera ese estilo. La gran diferencia que vi según avanzaba fue hacerlo a pecho descubierto, sin aplicar filtros, sin esconder absolutamente nada.

 

Desangrar el alma de letras a través del personaje del escritor o la musa. Recorrer ese camino que llevaba al inicio de esta afición, revivir su unión, su historia, hasta el momento en el que se encontraban, visto con los ojos de sus protagonistas ya adultos. Evidentemente son los que llevan el peso de esta historia, pero destacaría el personaje atribuido a la Soledad y el efecto que causa en las ocasiones donde toma voz.

 

Al tratarse de un mundo imaginario, los lugares donde transcurre la historia no tienen localización exacta. Puede ser perfectamente cualquier rincón del mundo excepto uno de ellos, y cuyas referencias están presentes en muchas ocasiones descritas como sensaciones, como brisa o fortaleza. Dicho lugar está situado en la localidad extremeña de Trujillo, y allí es conocido como el Espolón. Esta localidad pertenece a mi vida desde siempre y ese lugar en concreto, por decirlo de algún modo, es especial por diversos motivos. En lo que se refiere a esta afición de la escritura, sencillamente era el lugar donde acudía a escribir».

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