Curiosidades de “Sense roba ni manies”

Curiosidades de “Sense roba ni manies”

Sense roba ni manies, de Carl Fred, más que una novela es un microondas. Es decir, calienta. Y calienta rápido. Si no sabes a qué nos referimos, te recomendamos que sigas leyendo. Pero, vamos, a buen entendedor…

«Me separé en noviembre. Me apunté a webs y apps de contactos para encontrar pareja”, comienza diciéndonos Carl Fred. “Una de esas webs era solo de chats. Había un ambiente más tórrido (era más para calentarse que para encontrar pareja. En las webs para encontrar pareja no hay prácticamente chateo. La gente queda directamente para conocerse). No sé cómo fue. El caso es que, en esa web, varias chicas y yo entramos en comentarios picantes. Fueron subiendo de tono… Y, para mi sorpresa, descubrí que les gustaba un montón a las chicas menores de 30 años. Me pedían más, me decían que se ponían a cien. Me extrañó que su reacción fuera esa».

¿Ya te vas imaginando el tono de Sense roba ni manies? Pues espera, que todavía te queda conocer lo mejor, pues Carl Fred aún se reserva lo más importante de lo que tiene que contarte: «Con dos de esas chicas (de 24 y 26 años) llegué a intimar. Me decían que los chicos de su edad suelen ser planos y lo que yo les contaba les llenaba mucho. Esas chicas verbalizaron la fascinación por los relatos que yo les hacía, así que pensé que podía intentar comercializarlo».

En consecuencia, Sense roba ni manies es la recopilación de los mensajes que Carl Fred envió a aquellas chicas, «aunque luego les di una continuidad argumental» ―confiesa―, excepto los dos primeros capítulos, que fueron creados expresamente para la novela «aunque basándome en lo que había hablado con esas dos chicas: sus temores, frustraciones y dudas aparecen en boca del personaje Tati). Incluso una de las chicas deja ir frases en castellano en algunas situaciones sexuales con el protagonista masculino. Son frases reales que me dijeron esas chicas en el chat (lo del gazpacho es real: a mí no me habría salido nunca). Eso le da verosimilitud», prosigue.

Y aunque, en principio, la novela es para chicas, como él mismo reconoce, un chico también puede leerla; e incluso puede ser útil a una pareja. «Me explico: yo puedo leer el libro y ponerme caliente. Pero me gustará más que se lo lea mi pareja y que luego en la cama ella sea un volcán».

Y eso es lo que te está esperando. Si gustas.

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