¿Tienes pensado escribir una novela histórica? ¡Fantástico! Lo vas a pasar en grande… Siempre y cuando tengas en cuenta un proceso fundamental para que el proyecto llegue a buen puerto: la documentación. ¿Cómo documentarte bien? Eso es lo que te vamos a contar a continuación.

Lo primero que tienes que tener claro es la época. ¿De qué época vas a escribir? Según cual sea, el proceso de documentación será más o menos complejo. Aunque esto también dependerá del nivel de detalle que quieras alcanzar a la hora de contar la historia que tienes en la cabeza.

Sea la época que sea, es esencial recurrir a los cronistas del momento o bien a las crónicas que cualesquiera de ellos dejaron escritas. Labor que completarás con un estudio de aquellos aspectos que vayas a usar en tu novela. Por ejemplo, la vestimenta de los personajes, las costumbres de las épocas, comida, bebida… Es decir, aquellos aspectos que usarás de manera regular y que serán parte esencial de la trama.

Por otro lado, si alguno de ellos tiene una dedicación o perfil específico, es bueno que te empapes todo lo posible en ese aspecto. Así, si uno de los personajes es zapatero, ten en cuenta que uno del siglo XIII es muy distinto al del XVIII en el uso de materiales, en su forma de trabajar, etcétera.

Asimismo, y en la medida de tus posibilidades, se recomienda acudir a los lugares en los que centrarás tu novela. Es evidente que habrá cosas que ya no podrás visitar porque, posiblemente, ya no existan, pero puedes reconstruirlos con ayuda de libros, mapas o la documentación que estimes oportuna.

Y lo más importante: haz sentir al lector todo lo que has aprehendido a la hora de documentarte. Cuanto mejor lo hagas, más se divertirá aquel. Tenlo por seguro.