¿Sabías que aún se fabrican máquinas de escribir?

¿Sabías que aún se fabrican máquinas de escribir?

Seguro que has visto centenares de fotos de escritores delante de su máquina de escribir, y tú también te habrás imaginado delante de ella escribiendo tus obras. Pues que sepas que ¡aún se fabrican máquinas de escribir!

¿Quién no recuerda esas fotos de Truman Capote o de Ernest Hemingway delante de su máquina de escribir? Hasta Javier Marías reconoce que tiene guardada una, con sus respectivas cintas, por si se va la luz una larga temporada y no puede utilizar el ordenador. Pero la tiene.

Y si quieres, tú también. Porque, aunque hace unos meses se conoció que la última fábrica de máquinas de escribir —Godrej and Boyce, en Bombay— anunciaba el cierre tras una temporada sin recibir pedido alguno, aún quedan reductos, como el poblado galo de Asterix y Obelix.

Los responsables de aquella fábrica reconocen haber producido entre 10.000 y 12.000 unidades al día hasta 2009, y ahora apenas fabricaban 200 al día en los últimos tiempos. Y aún cuentan con alguna en stock.

Sin embargo, existen otras compañías como Swintec que aún las fabrican. Eso sí, que sepas que su precio ronda los 300 euros —unos 280 euros al cambio y según el cambio—. Pero ¿qué supone esa cantidad por experimentar lo mismo que experimentaron aquellos dos escritores que mencionábamos en las primeras líneas de este artículo. O incluso como Javier Marías, que lo tenemos más cerca. Esa sensación de posar los dedos en las teclas, de escuchar el sonido de las teclas impactando contra el papel, de la tinta aún impresa, de corregir con un corrector a mano para rectificar los errores…

Una sensación que para muchos parecía extinguida pero que aún se puede experimentar por cerca de 300 euros más gastos de envío, claro. Por si te quieres dar el capricho.

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One Thought on ¿Sabías que aún se fabrican máquinas de escribir?

  1. Hoy más que nunca es necesario volver a la máquina de escribir. La máquina de escribir no se “cuelga” ni se deteriora por altibajos en el flujo eléctrico ni exige formateos como tampoco tiene un sistema operativo que deba ser actualizado. Ni hablar de que estas máquinas (hoy vistas con desprecio y comentarios socarrones por cierta gente) no están a merced de ataques cibernéticos ni virus informáticos.

    ¿Cuánto cuesta un cartucho de tinta? Compárese su precio con el valor (y extrema durabilidad) de una cinta para máquina… Además, una máquina de escribir no deteriora la vista como, de hecho, sí lo hace la permanente emisión de luz de la pantalla del monitor. ¿Quieren más razones para poner de relieve la vigencia de la máquina de escribir?

    A mi juicio, lo único que le hace falta a la máquina de escribir es:

    1. construirlas con materiales muy duros y livianos (tengo entendido que ciertos plásticos tienen esas características; creo, incluso, que ese material llamado “grafeno” es altamente resistente, duro y liviano);

    2. añadir más símbolos (como la raya, que cumple la misma función del paréntesis; las comillas latinas, los corchetes, las llaves, etc.);

    3. hacer que el teclado sea “plurilingüe”, vale decir: que sirva para escribir, por ejemplo, en español, en portugués, en francés, en italiano… Para ello sería necesario incluir ciertos acentos, y eliminar la >ñ<, pero manteniendo la virgulilla para poder escribir palabras portuguesas y españolas (p. ej.: "amanhã", "mañana", etc.);

    4. eliminar ciertas teclas que no son estrictamente necesarias, como la repetidora automática de espacios, pues el espacio que uno quiera dejar en blanco en una misma línea puede dejarse simplemente moviendo el carro.

    Ideas de un nostálgico de la máquina de escribir, harto de la luz enceguecedora de la pantalla del monitor y de los virus informáticos.

    ¡Dios salve la máquina de escribir!

    Rainier J. Petit Castellano, Coro, Venezuela

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