¿Cuánto dura una novela? Lo que la historia dé de sí, pero también lo que el autor sea capaz de imaginar. Detalles básicos para dotarla después de la ambientación necesaria. Y eso es lo que vamos a detallar a continuación.
Lo primero que el escritor ha de tener en cuenta es el principio y final de su novela, cuándo empieza y cuándo acaba. El tiempo es variable: algunas abarcan un día, otras semanas, meses, años, la vida de un protagonista… Variable, en definitiva. Todo dependerá de qué tengas en mente y qué pretendes desarrollar, qué periodo de tiempo deseas abarcar y de qué manera lo piensas acometer.
En este sentido, procura tener claro de qué manera vas a manejar el paso del tiempo, pues será lo que te permita dar el ritmo adecuado a la novela en cada momento. Porque una premisa es fundamental: duración y periodo son dos variables que se relacionan. Y eso supone tener en cuenta una serie de aspectos fundamentales a la hora de abordar la ambientación de tu novela: la moda, las costumbres, la comida…
Se trata de aspectos que, de no cuidarse, pueden hacer descarrillar a la novela. No en vano, y más cuando se trata de novelas históricas, existen ya demasiados ejemplos de gazapos documentales a la hora de ambientar la novela al no existir tal alimento, costumbre u objeto en la época que se pretende plasmar.
En este sentido, es labor del autor tener en cuenta todos los aspectos relacionados con la documentación y de qué manera abordarlos a la hora de diseñar la ambientación de su novela. De ahí la importancia, antes que nada, de acotar el espacio de tiempo de duración para, a continuación, usar los elementos ambientales que estime oportunos.