¿Qué se va a encontrar el lector en esta obra?

En esta obra encontrará cuentos divertidos y tiernos, que le harán suspirar, llorar, reír, y reflexionar. Y poemas cortos que le causarán el mismo efecto. Son poemas sencillos y dulces que harán que el menor se identifique con sus protagonistas, sean estos niños, animales, plantas o cosas.

¿Por qué esta obra? ¿Qué te propones con ella?

Porque es más fácil llegar a la mente y la voluntad de las personas pasando primero por su corazón. Es por eso que decidí escribir un libro de cuentos y poemas y no un tratado de moral.

Pero mi propósito es fortalecer los valores, con una suave reprensión o consejo, en una moraleja dulce o divertida.

¿Qué recomendarías al lector antes de comenzar a navegar por las páginas de esta obra?

Bueno, que se prepare para no levantarse pronto de su asiento, pues no querrá cerrar el libro hasta terminar de leerlo.

¿Cómo surgió la idea de escribir este libro?

Cuando tenía diez u once años compuse algunos cuentos para contarles a mis hermanos más pequeños; esos cuentos eran desechables. Lo mismo los que les contaba después a mis hijos y a mis sobrinos. Luego vinieron mis nietos; un día, en un cumpleaños, mi yerno me dijo: «Que Dios lo conserve muchos años, para que les siga contando historias a mis hijos». Fue entonces que decidí escribir algunos cuentos de manera más formal. Luego recordé las palabras de mi antiguo jefe: «No sea egoísta, don Elías, comparta sus escritos.» Y fue así como decidí escribir y publicar este libro.

¿Dónde te has inspirado para escribir esta obra?

En los propios niños; en sus ocurrencias, en sus juegos, y en sus travesuras. También en la naturaleza, que siempre es hermosa y divertida.

¿Qué método utilizas a la hora de escribir?

No tengo uno solo. A veces se me ocurre el argumento, otras veces es el personaje que me invita a escribir algo sobre él.

¿Qué reglas sigues para escribir una obra como esta?

No tengo reglas tampoco. Bueno, excepto que  procuro no poner escenas de violencia. Ni ideas que puedan confundir a los niños. Incluso trato que la fantasía la perciban como tal y no la confundan con la realidad. No quiero que los menores, por la lectura de entretenimiento, se incapaciten para las lecturas serias y para las realidades de la vida.

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