Se trata de la primera entrega de una colección que narra la historia de Lila, la niña de los cuatro arco iris, y de los hermanos gemelos Magda y Jorgito. Una historia con un propósito claro: hacer importantes valores claves en la formación de los niños.

Hay obras que merecen la pena ser resaltadas. Especialmente, aquéllas que destacan valores o que se propone potenciarlos, y más si son de cara a los niños. Que es lo que ha hecho Ari Pinelli con Las tierras mágicas del PIN PAM PUM; recreando todo un mundo de fantasía que está a punto de desaparecer. Sí, de desaparecer para siempre.

Y la razón es sencilla: la falta de respeto hacia sus reglas, unas reglas tan sencillas como básicas, y que son una metáfora perfecta de lo que nos encontramos en estos tiempos que vivimos.

El argumento es muy sencillo: Lila, la niña de los cuatro arco iris, viajará a dichas tierras mágicas en compañía de los gemelos Magda y Jorgito porque allí existen unas criaturas increíbles que, precisamente, viven gracia a sus visitas secretas. Existencias que corren peligro, así como la de todas esas tierras mágicas, debido a la falta de respeto hacia las reglas que conforman su mundo. Y la única manera de salvarlo es poniendo todos de su parte.

¿Y de qué manera se pone en peligro la existencia de las tierras mágicas del PIN PAM PUM? Tirando por tierra, entre otros y por citar algunos, valores tan esenciales como la confianza hacia los padres, la relación entre hermanos y el valor a la hora de decidir decir siempre la verdad. El quebranto de dichos valores es lo que pone en riesgo la pervivencia de dichas tierras, y en la actualidad, la formación de los más pequeños.

Esta obra aporta su granito de arena a la hora de concebir la esperanza de un futuro mejor para todos si lo que cultivamos ahora crece de manera robusta. En nuestras manos está.