Buscamos respuestas. Sea como sea, disfrutando de un cigarrillo mientras contemplamos una puesta de sol, acodados en el alfeizar de una ventana viendo la vida pasar… Respuestas para los actos que vamos a acometer. Y según el cariz de dichas respuestas, abriremos las puertas del cielo… O las del infierno.

Al sur del cielo, al norte del infierno. Esa encrucijada en la que todos nos hemos visto alguna vez. ¿Cuándo? En el íntimo instante de buscar esa respuesta que nos cambie la vida, que nos invite a verla de otro color, o que simplemente nos permita saldar cuentas pendientes con el pasado. Respuestas que abrirán una u otra puerta: la del cielo, o la del infierno.

Héctor Jusepe no te ofrece una novela cualquiera, sino un camino que recorrer en busca, precisamente, de esas respuestas que buscas. Un manual de instrucciones para enfrentarse a esas decisiones que, sin querer y/o poder considerarlo, marcarán el devenir de nuestros actos en un determinado instante, en tal o cual situación.

Jusepe lo resume a la perfección: todos tenemos un capítulo en esa novela que es nuestra vida pendiente del sentido de una intuición. ¿Hacia dónde girará? ¿Abrirá la puerta del cielo, o tal vez nos acercará al infierno?

Y de eso está lleno esta novela. De decisiones. De los distintos personajes. Decisiones que no sólo les afectarán a ellos, condicionando el devenir de su universo particular, sino también el del resto de personajes, que bascularán a un lado y hacia otro; buscando siempre las respuestas que nos indiquen el camino a seguir.

Por eso elige la mejor metáfora para resumir el sentido de la novela: aquel hombre fumando un cigarrillo, mirando al frente mientras busca una respuesta. Al norte del infierno, sus actos, y al sur, sus decisiones.

La encrucijada, el dilema de las respuestas. Lo que te propone Héctor Jusepe.